INSTITUCIONES COMPLEMENTARIAS A LA ESCUELA


La situación de la infancia en la España de finales del siglo XIX era algo penosa: elevada mortandad por la falta de condiciones higiénicas, mala alimentación, deficiente asistencia sanitaria, etc. Las familias carecían de lo básico para sacar adelante a sus miembros y la necesidad llevaba a que los niños se convirtiesen en mano de obra, colaborando en el sustento de la familia. Ello repercutía en absentismo escolar, pues se anteponía la economía familiar a la educación.

Ante esta situación, surgen a principios de siglo XX instituciones complementarias a la escuela, tales como las colonias, cantinas, roperos, cotos escolares o mutualidades.

MUTUALIDADES ESCOLARES

Álvaro López Núñez, conocido como el padre de la Previsión Social Española, definió las mutualidades escolares como “Asociación mutua de niños que mediante una pequeña cotización semanal proporciona a sus asociados un socorro metálico en caso de enfermedad, una suma para gastos funerarios un seguro de vida en caso de fallecimiento y una renta vitalicia o pensión para la vejez”.

Las mutualidades escolares se crearon por Real Decreto de 7 de julio de 1911 y se declararon obligatorias para todas las escuelas públicas por Real Decreto de 20 de septiembre de 1919.

Así pues, las mutualidades:

  •           Pretendían favorecer el desarrollo de la previsión y el ahorro entre los escolares.
  •           Permitían disponer en caso de necesidad de un dinero a los mutualistas.
  •           Constituían dotes infantiles.
  •           Formaban pensiones de retiro.

En Aragón destaca por su labor en el tema de la mutualidad el maestro de Zaragoza Orencio Pacareo (recibió el Premio Nacional a las Mutualidades en 1925). Otros maestros destacados fueron: Pilar Luesma, Antonio Cavero o Simeón Omella, maestro de Plasencia del Monte.

COTOS ESCOLARES

Junto a las mutualidades, se crearon los Cotos escolares.

Se empezaron a implantar en las zonas rurales y luego se extendieron a las zonas urbanas. El primero se estableció en 1913 en Barrio (Álava).

López Núñez definió un coto escolar como “la más importante de las modalidades de Coto Socia cuyos asociados son niños en período de educación”. Puso mucho empeño en ellos, ya que consideraba que la Previsión debía comenzar en las escuelas, para que los niños aprendieran, con el ahorro, los beneficios que podía reportar en momentos de necesidad.

COLONIAS

Ampliaban la labor social de la escuela.

Durante unos días, se ofrecía a un grupo de escolares de escasos recursos que habitaban en viviendas con condiciones poco salubres y que no estaban bien alimentados, la posibilidad de olvidar sus penurias diarias viajando a otra población en la que disfrutaban de tiempo libre y actividades recreativas, además de una buena alimentación. Se desarrollaron bajo el auspicio de la Institución de Libre Enseñanza.

CANTINAS Y ROPEROS

En las cantinas se ofrecía comida diaria a los niños con menos recursos, con lo que se pretendía que permanecieran más tiempo en la escuela.

Funcionaron desde principios de siglo XX y en Aragón, desde la segunda década del siglo.

Los roperos proporcionaban prendas de abrigo a los niños más necesitados y en su confección colaboraban maestras, madres y alumnas.

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